Mafalda

Argentina, 29 de septiembre de 1964 – dejó de dibujarse el 25 de junio de 1973.

Mafalda nació del lápiz del genial viñetista argentino Quino (Joaquín Salvador Lavado Tejón). Mafalda es “una niña que intenta resolver el dilema de quiénes son los buenos y quiénes los malos en este mundo”, según las propias palabras de Quino. Dedicar una biografía a Mafalda, es como hacerlo un poco a todo el mundo, porque este universal personaje representa la mirada infantil que nunca debemos perder y con la que nos cuestionamos la vida. Porque Mafalda se ha convertido en un símbolo para varias generaciones de inconformistas y soñadores.

Mafalda, esa niña que odia la sopa y que pone en contradicción permanente a los adultos, nació casi por accidente. En 1963, Quino recibió el encargo de una agencia de publicidad (Agens Publicidad), que buscaba a un dibujante para publicitar el lanzamiento de una línea de productos electrodomésticos llamados Mansfield. Querían que dibujara a la típica familia argentina de clase media (con un hijo y una hija) para ilustrar a los felices usuarios de sus nuevos productos. Así surgieron los diseños de Mafalda y su familia, pero no llegarían a ver la luz ya que la idea del artista fue rechazada por la compañía y la campaña nunca se realizó. Quino la rescató, ya como Mafalda, poco después.

Mafalda comparte su vida y aventuras con sus padres, su hermano Guille y con una pandilla de amigos inolvidable: Susanita, Manolito, Felipe, Miguelito y Libertad, con quienes nos traslada las más poderosas lecciones de igualdad, crítica política y social, y defensa del medio ambiente, siempre desde el sentido del humor.

Sin embargo, el gran éxito y fama internacional no impedirán que Quino en 1973 tome una decisión: no dibujar más tiras de Mafalda, pues “ya no siente la necesidad de utilizar la estructura expresiva de las tiras en secuencia”. A pesar de ello, el interés mundial por Mafalda se ha mantenido inalterado, sus libros continúan reimprimiéndose y sigue siendo elegida para acompañar diversas campañas sociales en todo el mundo, además de haber pasado a las pantallas de cine y televisión.

«Lo sorprendente es que haya vida en este planeta.»

«Papá, ¿podrías explicarme por qué funciona tan mal la humanidad?»

«Lo malo es que la mujer, en vez de jugar un papel, ha jugado un trapo en la historia de la humanidad.»

«Hay cuatro mil millones de cosas que no entiendo.»