Raúl Vacas es un poeta. Y nos parece absolutamente necesario recomendar que los niños vuelvan a leer poesía. Raúl Vacas es un poeta innovador, una de las voces jóvenes más reconocidas de nuestro país, que escribe desde el corazón, que juega con las esdrújulas y las consonantes, que nos divierte. Pero es algo más: Raúl Vacas, es, seguramente, uno de los mayores estimuladores de la lectura para niños, jóvenes y mayores de nuestro país. Con su maleta a cuestas, recorre institutos, colegios, calles y plazas, para enseñarnos a jugar y soñar con las palabras.
Un día, junto a Tomás Hijo, decidieron dibujar y retratar con palabras a veintisiete niños raros: la niña búho, la niña cacto, el niño díscolo, el niño inverso, la niña urgente, el niño sin niño, la niña laberinto… se presentan ante nosotros en un juego literario en el que encontramos un tautograma, versos de cabo roto, un romance, rimas con números, un rap, una canción de corro y comba… Una obra poética, visual y sonora tremendamente imaginativa, porque, ¿cómo si no describir a tantos niños raros?
Para no desvelar sus secretos, porque este libro es como un cofre repleto de tesoros, anunciaremos solo el poema que le da comienzo, de José María Gabriel y Galán, escogido por sus autores para justificar esta obra poética tan maravillosa:
«Al ver ciertos niños
me digo yo a veces:
mamíferos, aves,
reptiles y peces.»
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